ABC.es. Poroshenko promete mantener la unidad de Ucrania: «Crimea fue, es y será ucraniana»
El nuevo presidente ucraniano avanza en su investidura ante Van Rompuy que Kiev debe firmar en breve un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
En una solemne ceremonia celebrada esta mañana en el hemiciclo de la Rada (Parlamento ucraniano), el recién elegido presidente del país, el empresario Piotr Poroshenko, tomó posesión de su cargo. Pronunció su juramento poniendo su mano sobre un ejemplar de la Biblia y otro de la Constitución ucraniana.
En su discurso de investidura anunció un plan de paz, cuyo texto no ha sido todavía dado a conocer, pero alertó que no negociará con las milicias separatistas. «Deseo la paz y lograré la unidad de Ucrania», aseguró y adelantó también que viajará en breve al este del país. «Lo haré con un proyecto de descentralización del poder, con la garantía del uso de la lengua rusa en vuestras regiones. Con la firme intención de no dividir a los ucranianos en buenos y malos y con el pleno respeto a las particularidades de las regiones», manifestó Poroshenko.
El nuevo jefe del Estado dejo claro que hace falta un interlocutor en las conversaciones con las regiones de Donetsk y Lugansk para lo que hará falta convocar elecciones locales en esos territorios. «No vamos a hablar con bandidos», advirtió en referencia a quienes se han autoproclamado líderes de las regiones orientales a punta de pistola.
Poroshenko propuso una amnistía para los sublevados que no hayan cometido delitos de sangre y a quienes depongan las armas. Habló también de la creación de un “corredor” para permitir la huida de los rebeldes con plenas garantías para su seguridad personal.
Como ya anunció en la noche de su elección, Poroshenko se propone convocar este año elecciones legislativas anticipadas. Rechazó también las demandas de Moscú de «federalizar» el país. «Los consejos locales recibirán nuevas facultades, pero Ucrania fue y será un Estado unitario», recalcó.
Según su opinión, hay que recomponer las relaciones con Moscú, pero insistió en que la prioridad ahora es «firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea, tengo ya la pluma preparada para hacerlo». El presidente ucraniano reiteró una vez más que su país no renunciará nunca a Crimea, península que Moscú se anexionó en marzo.
Poroshenko fue elegido jefe del Estado en las elecciones del pasado 25 de mayo en primera vuelta. Obtuvo el 54,7% de los votos, dejando muy atrás al segundo candidato en liza, la ex primera ministra, Julia Timoshenko, que obtuvo algo menos del 13%.
A la investidura del nuevo presidente ucraniano, el quinto ya desde que el país es independiente, asistieron 56 delegaciones extranjeras. En el hemiciclo hoy estuvieron presentes el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la recién elegida presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, su homólogo bielorruso, Alexánder Lukashenko, y otros muchos dirigentes extranjeros, pero no el jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
En su lugar acudió el embajador ruso en Ucrania, Mijaíl Zurábov, que acaba de regresar a Kiev tras tres meses de ausencia. Entre los invitados estaban tres de los cuatro anteriores presidentes del país, Leonid Kravchuk, Leonid Kuchma y Víctor Yúshenko. No así el anterior dirigente del país, el depuesto Víctor Yanukóvich, que se encuentra exiliado en Rusia. Los festejos de la toma de posesión de Poroshenko continuaron después en la plaza de Santa Sofía con un desfile militar.
El primer mandatario ucraniano se reunió ayer en Normandía con Putin, a quien esbozó sus intenciones. Éste declaró después en una comparecencia ante la prensa que detectó «un afán positivo» en su colega ucraniano, pero instó a preguntarle directamente a él el contenido de su plan. «Una cosa es decir aquí en Francia lo que piensa hacer y otra muy distinta aplicarlo en su país», subrayó Putin, quien reiteró que Rusia no tiene nada que ver con la rebelión separatista en Donetsk y Lugansk. Según el presidente ruso, Poroshenko «tendrá que dialogar con los partidarios de la federalización en el este de Ucrania». Dijo además que, si eso sucede, las relaciones entre Moscú y Kiev «se irán normalizando».
La rebelión prorrusa estalló en Donetsk el pasado 6 de abril y, desde entonces, Kiev no ha logrado extinguirla. Las autoridades ucranianas reconocen además haber perdido el control sobre un tramo de la frontera con Rusia de unos 150 kilómetros, lo que amenaza con la infiltración de más guerrilleros y material bélico en ayuda de las milicias separatistas.