La última encuesta reduce a seis puntos la ventaja de los partidarios de seguir en la Unión
Un sondeo hecho público ayer por el diario de «The Times», a sólo 16 días del referéndum, asegura que los partidarios de la independencia de Escociaha recortado distancia y están a solo seis puntos de los partidarios de la Unión, que ganarían la consulta. El «sí» a la independencia cuenta hoy conel 47% de los apoyos y el «no» con el 53%. En el arranque de agosto los unionistas suponían el 61% frente a un 39% de los separatistas. Pero tras meses de estancamiento, el «sí» ha crecido un 8% en agosto.
Hoy la fractura de la Unión se contempla ya como una posibilidad real.Cunde la preocupación en el Gabinete de Camerony muchos votantes conservadores creen que cometió un grave error al abrir la caja de Pandora en una cuestión mediatizada por el sentimentalismo. La crecida de los pro independentistas se interpreta como una consecuencia del triunfo de Alex Salmond, primer ministro de Escocia y líder separatista, en el segundo debate televisivo.
Cada vez son más quienes creen que Alistair Darling, portavoz deMejor Unidos, la plataforma por el no, carece del empuje para hacer frente a un dialéctico de la habilidad de Salmond. El 52% de los encuestados estiman que su designación para ese puesto fue un error. El otro motivo de la escalada rupturista es que los votantes laboristas están escorándose hacia esa tesis, que hoy apoyan un 30%, frente a un 18% al comienzo de agosto. Aún así, el 70% de los seguidores del Partido Laborista se oponen a la independencia.
La campaña de Mejor Unidos se ha basado en resaltar las consecuencias negativas que tendría la separación para los escoceses. Una y otra vez se ha retirado cuatro argumentos: adiós a la divisa común, expulsión de la UE, el petróleo escocés es ya insuficiente y se esta agotando, y las deudas del nuevo país serían colosales.
Frente a eso, Salmond juega a la ilusión. Como el futuro no se puede testar, promete, sin prueba alguna, que en la Escocia independiente, libre de la tutela de Londres, se vivirá mucho mejor que ahora. Además, hace guiños a la izquierda, que atraen a algunos votantes laboristas. Por ejemplo, promete que mantendrá el sistema público de salud, y afirma que de seguir en la Unión será desmantelado por una privatización de los conservadores de Londres.
También hace guiños apelando al orgullo local, como cuando proclama ofendido que es «inaceptable» que en «un país próspero como Escocia» haya bancos de alimentos. Por ultimo, promete que en cuatro añosEscocia quedaría libre del arsenal nuclear instalado en su territorio. Es una música que suena a conocida, por el soniquete casi idéntico del soberanismo catalán, pero que ha llevado a los unionistas a debatir si no deberían haber incidido más en las ventajas de la Unión que en amenazar una y otra vez con las evidentes desventajas de la separación a nivel práctico.
El resultado es que hoy Salmond habla en positivo y Mejor Unidos en negativo. La ilusión difusa por algo nuevo puede tirar más en algunos sectores, por ejemplo entre los jóvenes, que una papeleta con un «no» para que todo siga igual. La batalla de la emoción contra la cordura.
Por otra parte, los nacionalistas están siendo más activos en la calle y han recurrido a prácticas de acoso, que no han sido condenadas por Salmond. Jim Murphy, comisionado del Partido Laborista para hacer campaña a favor del «no» a la independencia, se planteó hacer un Tour de Cien Días defendiendo su posturaen las calles y plazas de Escocia. Ha tenido que renunciar, presionado por los insultos separatistas y hasta algún lanzamiento de huevos.
Paul McCartneyha sido sometido a una cruel campaña de escarnio en las redes sociales por firmar un manifesto a favor de la Unión. El ex beatle es un enamorado de Escocia, con apellido escocés, le ha dedicado canciones y mantiene una gran finca allí dede 1966. Pero todo eso no funciona ante la intolerancia excluyente. El «sí» trabaja más el puerta a puerta que el «no», con cartas y visitas personales, y cuida también más la propaganda callejera, con la tradicional querencia del nacionalismo por la bandería.
De todas formas, Blair McDougall, director de campaña de Mejor Juntos, recuerda que el «no» sigue siendo la opción ganadora y apela a la mayoría silenciosa. Y es que las encuestas son una herramienta voluble. La de The Times se hizo con mil entrevistas y en Escocia viven 5 millones de personas.